Dr. Feng Li, Responsable de Gestión de la Tecnología y la Innovación Cass Business School.
Muchos directivos subestiman la magnitud y la velocidad de la disrupción digital que les acecha. Innovar forma parte de los planes de todas las organizaciones. Aunque la mayoría no tiene problemas para desarrollar estrategias o generar nuevas ideas, es habitual que fracasen al llevarlas a cabo, implementar nuevos modelos de negocio o convertir esas ideas en los resultados empresariales deseados.
Adaptarse continuamente a las nuevas tecnologías y adoptar nuevas ideas con agilidad es fundamental para la supervivencia de las empresas. Cómo conseguirlo es la base de un informe que elaboré recientemente con VMware, en el que analizamos el modo de salvar la brecha que está surgiendo entre la innovación y la implementación en un panorama cada vez más digital.
Tengo cuatro consejos que dar a los directivos que quieren agilizar la transformación digital:
Experimente para innovar
Hasta ahora, las empresas mantenían una relación lineal entre la innovación y la implementación, ya que definían los resultados esperados al principio. Sin embargo, dado que es cada vez es más difícil predecir la trayectoria de las empresas, es casi imposible determinar con certeza qué puede o no prosperar.
Lo que queda claro es que las empresas deben poder dar el visto bueno a una idea rápidamente y ajustar sus estrategias a medida que surjan problemas. Tal como dice Joe Baguley, director de tecnología de VMware para Europa, Oriente Medio y África: «Debemos tener una estructura sólida que permita la agilidad, basada en la cultura, la metodología y la tecnología de la organización».
Las organizaciones deben recurrir a la supervisión continua, la redefinición periódica de su trayectoria y objetivos, y la corrección frecuente del rumbo para asegurar una estrecha relación entre el diseño y la implementación de la estrategia. Si no, las ideas pueden quedar obsoletas antes de que las hayan implementado.
No vaya siempre en busca de lo nuevo
Muchas organizaciones dedican demasiado tiempo y esfuerzo a descubrir «nuevos» modelos de negocio que permitan que las tecnologías digitales respalden mejor la innovación y los cambios estratégicos. Sin embargo, pocas veces se basan en ideas totalmente nuevas. A menudo, las nuevas tecnologías se utilizan para ampliar los limites de lo posible, pero sin alcanzar todo su potencial.
En lugar de ello, el objetivo de las empresas debería ser adaptarse, aprovechando los recursos de los que ya disponen en otros entornos o, simplemente, eliminando aquello que les impida cambiar. También se recomienda analizar una cartera de modelos de negocio, lo que permite a las organizaciones minimizar el riesgo de las diferentes oportunidades.
Apoye los cambios culturales con infraestructura tecnológica
Para implementar una estrategia innovadora holística, se necesita más que un cambio cultural y de mentalidad. Para que dé resultado a largo plazo, las empresas deben garantizar que se lleve a cabo de forma rápida y efectiva.
Los principales directivos deben asumir la responsabilidad estratégica para garantizar que su infraestructura digital esté preparada y capacitada para adaptar recursos con rapidez en la amplia gama actual de dispositivos, aplicaciones y clouds.
La cultura convierte las normas oficiales en normas no escritas, y son estas últimas las que determinan las conductas de los empleados y les guían. Cualquier intento de cambiar la cultura sin entender los supuestos subyacentes y las repercusiones fracasará.
Tenga cuidado con los pasos que da
Muchas empresas admiten que tienen dificultades para convertir las ideas en resultados empresariales. Parafraseando a Kevin O’Connor, del proveedor global de información IHS Markit: «La innovación debe tratarse como un músculo que necesita ejercicio: cuánto más se usa, más fuerte se vuelve».
En un mundo que se caracteriza por el crecimiento exponencial, la difuminación de los límites entre sectores y la expansión de los ecosistemas, la supervivencia de muchas empresas depende de su capacidad para comprender los cambios y responder ante ellos con rapidez. Deben poder innovar conforme avanzan, aunque no tengan todas las respuestas.
Las buenas ideas, aisladas, no funcionan. Ser innovador significa crear y mantener las funciones necesarias para perseguir esas ideas en el momento oportuno, a la par que revisar y actualizar periódicamente los planes estratégicos a fin de adaptarse a la información más reciente.
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