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El trabajo geográficamente disperso ha llegado para quedarse, pero ¿qué significa esto para ti?

Este año, el entorno de trabajo ha experimentado toda una revolución, y no necesariamente por elección propia. Los cambios en los modelos laborales que tanto se habían debatido durante décadas en numerosos países se han visto catapultados a convertirse en los principales objetivos de las agendas empresariales. Algunas organizaciones, como Barclays, han dado un giro de 180 grados a sus estructuras de trabajo tras mostrar cierta reticencia inicial a la hora de adoptar un modelo de trabajo geográficamente disperso. En cambio, otras empresas, como Capital One y Spotify, han llevado a cabo cambios permanentes implantando oficinas virtuales.

Numerosas organizaciones y sus empleados se encuentran en este momento en una encrucijada, ya que no están seguros de cómo se desarrollarán sus prácticas laborales en el futuro. Dado que el modelo de trabajo geográficamente disperso y adaptado a cualquier lugar está cada vez más consolidado, ¿realmente importa dónde se trabaje? ¿Tiene importancia el hecho de trabajar desde una oficina central, una oficina satélite, en casa, en un cibercafé, o en todos estos sitios al mismo tiempo? Si los niveles de productividad son elevados y los empleados están comprometidos, ¿qué es lo que no permite avanzar a las empresas?

Un nuevo estudio que llevamos a cabo con Vanson Bourne reveló que el 41 % de los empleados en Europa, Oriente Próximo y África (EMEA) reconocen el trabajo geográficamente disperso como un requisito en lugar de una ventaja.* Sin embargo, a pesar del llamamiento a integrar un enfoque laboral más flexible en los modelos de negocio, seguimos viendo cómo a los directivos les cuesta adaptarse en lugar de considerar dicho enfoque una ventaja adicional. Por ejemplo, cuando la productividad no se puede evaluar directamente por lo que está a la vista, al 41 % de los responsables encuestados de EMEA les sigue preocupando que su equipo pierda capacidad de concentración al teletrabajar. Además, más de la mitad (59 %) de los empleados se sienten presionados a estar conectados fuera del horario laboral habitual.

Obviamente, ya no existe ningún enfoque universal a la hora de trabajar. Lo que quizás le funcione a un responsable sénior de un país puede que no le sea útil a un empleado recién licenciado de otro. Gracias a la información que hemos recopilado en nuestro estudio, nos hemos adentrado en distintos tipos de trabajos para demostrar cómo esta nueva manera de trabajar está afectando de forma diferente a personas que son de distinto sexo, pertenecen a distintas generaciones, trabajan en distintos sectores y se encuentran en distintas etapas de sus carreras profesionales:

Hombre de 22 años recién graduado en Economía

Paul acaba de graduarse y ocupa un nuevo puesto en una empresa de finanzas de Fráncfort. A pesar de tener algunos problemas al principio para conectar con algunos de sus compañeros de forma virtual, el ambiente en su nueva empresa es positivo y el ánimo de los empleados está por las nubes. Paul forma parte de la generación Z, por lo que ha crecido en un mundo donde lo digital tiene prioridad. Por ello, no cree que este estilo de trabajo suponga un obstáculo para el desarrollo de su carrera profesional. Entre las personas encuestadas de su generación:

  • El 61 % se sienten más capaces de intervenir en las videoconferencias.
  • El 62 % se sienten más valoradas por sus responsables.
  • El 61 %, no obstante, se sienten más presionadas a estar conectados fuera del horario laboral habitual.
  • El 34 % piensan que su productividad ha aumentado desde que empezaron a teletrabajar.
  • El 30 % comentan que la colaboración entre los equipos ha aumentado.

 

Mujer de 45 años, médico de cabecera

Kate es médico de cabecera en Lyon y desde marzo ha visto reducidas considerablemente las consultas presenciales. La transformación digital en el sector sanitario ha propiciado que Kate sea capaz de atender a más pacientes que nunca mediante videoconferencias, en el horario que más le conviene. Por tanto, disfruta de una mejor conciliación entre la vida laboral y la familiar. Concretamente, en el sector sanitario, los responsables encuestados experimentan lo siguiente:

  • El 71 % afirman que su nivel de estrés ha disminuido.
  • El 67 % se sienten más valorados por sus compañeros.
  • El 40 % se sienten más productivos desde que empezaron a teletrabajar.
  • El 89 % creen que aumentarán las consultas y los chequeos rutinarios a distancia.
  • El 84 % creen que la adopción de la teleasistencia sanitaria creará oportunidades a largo plazo.

 

Hombre de 35 años que, desde casa, se encarga de las contrataciones de su empresa y cuida de sus hijos

Louis es responsable de contratación de una empresa y vive a las afueras de Londres con su familia. Lleva trabajando en casa a tiempo completo desde el mes de marzo. Al no tener que ir en tren a la ciudad todos los días, Louis tiene más tiempo para disfrutar de sus hijos e incluso ha aumentado su productividad. Otros hombres han experimentado lo mismo en los últimos meses:

  • El 80 % afirman que la conciliación entre la vida laboral y la familiar ha mejorado.
  • El 70 % afirman que su nivel de estrés ha disminuido.
  • Al 42 % les preocupa que su equipo pierda capacidad de concentración al teletrabajar.
  • El 73 % opinan que la innovación surge ahora de más puntos dentro de la organización que antes.
  • El 68 % señalan que la contratación de los mejores profesionales es más sencilla.

 

Mujer de 57 años responsable de TI

Catherine es responsable de la toma de decisiones de TI en un organismo público en Copenhague. Gracias a unas sólidas competencias digitales, el cambio hacia el trabajo geográficamente disperso le ha resultado algo natural, pero ha dedicado mucho tiempo a garantizar que sus compañeros cuenten con la tecnología adecuada y las habilidades necesarias para utilizarla y continuar teletrabajando. Otros responsables de la toma de decisiones de TI en EMEA han tenido experiencias similares:

  • El 66 % de los encuestados comentan que su organización reconoce la ventaja del teletrabajo y no contempla volver a la metodología laboral previa.
  • Solo el 35 % creen que el departamento de TI no está capacitado para gestionar el teletrabajo.
  • El 26 % opinan que la costumbre arraigada de celebrar reuniones presenciales no fomenta el teletrabajo.
  • El 68 % afirman que se sienten más capacitados para transmitir su opinión a los directivos.
  • Al 45 % les preocupa que su equipo pierda capacidad de concentración al teletrabajar.

Transformación hacia organizaciones geográficamente dispersas

La revolución del espacio de trabajo ha forzado a las empresas a convertirse en «organizaciones geográficamente dispersas». Estos escenarios hipotéticos de empleados reflejan un sentimiento real y generalizado; es decir, los empleados no quieren volver a las antiguas estructuras de trabajo y, en cambio, valoran la nueva flexibilidad que se les ofrece.

Las empresas con visión de futuro tendrán que considerar como requisito el trabajo geográficamente disperso, en lugar de verlo como una ventaja. Hoy en día, los directivos deben fomentar una cultura de plena confianza en la productividad y los resultados de los empleados con el fin de crear un entorno de trabajo que no se base en la supervisión exclusiva de lo que se ve a simple vista. Solo así verán cómo los empleados se abren camino en el nuevo mundo laboral.

Obtenga más información en nuestro último estudio, «La nueva era del teletrabajo»:

* El informe «La nueva era del teletrabajo: Tendencias de los empleados geográficamente dispersos» se basa en una encuesta patrocinada por VMware en la que participaron 2850 empleados de EMEA (950 responsables de la toma de decisiones de Recursos Humanos, 950 responsables de la toma de decisiones de TI y 950 responsables de la toma de decisiones empresariales) de 12 países: Reino Unido (600), Francia (450), Alemania (450), Italia (150), Países Bajos, (150), Rusia (150), Polonia (150), Noruega (150), Suecia (150), España (150), Emiratos Árabes Unidos (150) y Arabia Saudita (150). Vanson Bourne realizó la encuesta en junio y julio de 2020.