Según Joe Baguley, CTO de VMware EMEA, es la tecnología que “está pasando rápidamente de los rincones más oscuros de las TI a las conversaciones diarias en la oficina”.
Dice Joe Beda, ingeniero jefe en VMware y parte del equipo que se encargó de la creación de Kubernetes, que es “la idea de que los desarrolladores de aplicaciones lo tengan más fácil para distribuirlas de un modo más rápido, fiable y beneficioso para los usuarios finales”. En una época en la que la tecnología resulta cada vez más compleja, el hacer llegar aplicaciones y servicios nuevos a los clientes, de forma rápida y según las necesidades, es exactamente lo que buscan las empresas.
Hasta aquí, todo bien. Pero ¿qué hace que Kubernetes destaque entre otras soluciones que prometen funcionar mejor que antes? Este artículo publicado en Radius nos da más información, pero Kubernetes es, fundamentalmente, un proyecto de código abierto que comenzó en Google y que, con la versión 1.0 que se anunció en 2015, acabó siendo un proyecto de Cloud Native Computing Foundation (CNCF).
Craig McLuckie, vicepresidente de investigación y desarrollo de VMware, también formaba parte del equipo original detrás de Kubernetes. Participó con Beda en la cofundación de la empresa emergente de Kubernetes, Heptio, antes de que VMware la adquiriera a finales de 2018.
En el artículo de Radius, McLuckie explica la decisión de apostar por CNCF de la siguiente manera: “Nuestra máxima prioridad era transformar el sector, y la única forma práctica de hacerlo era creando una comunidad consolidada y abierta. Uno de los aspectos más útiles de las tecnologías de código abierto es la posibilidad de galvanizar una comunidad que puede aportar perspectivas, prestaciones y atributos únicos al proyecto. La aleación resultante es mucho más sólida que cualquiera de los componentes”.
¿Qué razones hay para usar soluciones nativas de cloud? Los contenedores suponen un método sencillo para transportar aplicaciones de un entorno a otro. Esto hace que los contenedores y la coordinación proporcionada por Kubernetes sean idóneos para el desarrollo de soluciones nativas de cloud.
La prueba del atractivo que las empresas ven en Kubernetes la encontramos en dos aspectos fundamentales: en primer lugar, este sistema ocupa uno de los primeros puestos de la lista de proyectos de código abierto de Github, en los que participaron 6.500 colaboradores individuales en 2018; y, por otro lado, los principales proveedores (como Amazon, Microsoft, Google o IBM) ofrecen formas de ejecutar Kubernetes en sus plataformas de cloud.
“Puesto que Kubernetes también es compatible con Amazon gracias a su Elastic Container Service (EKS), hemos logrado dar con el triplete perfecto de los principales proveedores de cloud que admiten Kubernetes”, afirma Beda. “Creo que con esto hemos conseguido convencer a muchos de que Kubernetes ha llegado para quedarse”.
Para obtener más información, o incluso si quieres saber por qué el número siete tiene un significado especial en el mundo de la tecnología, puedes leer el artículo ¿Qué es Kubernetes? Siete datos básicos por parte de sus fundadores.
Tecnologías como Kubernetes surgen para atajar la incapacidad de las organizaciones para convertir ideas en nuevos productos, servicios y estrategias, al ritmo necesario. Este problema está poniendo a las organizaciones en riesgo de fracaso según un nuevo informe realizado por Cass Business School y VMware que puedes consultar aquí.