Cada vez vivimos en un mundo más interconectado, y la diversidad y el mestizaje en las plantillas de las empresas han aumentado. El trabajo ya no está confinado a un lugar, sino que consiste en hacer que las cosas sucedan, sin importar el lugar y la forma de trabajo.
Un nuevo informe de IDC, Becoming “Future of Work” Ready: Follow the Leaders, pone de manifiesto que únicamente sobrevivirán las organizaciones ágiles que innoven y provoquen sensación. El resto, las que no pueden adaptarse a los cambios globales en las prácticas de trabajo, acabarán decayendo.
Existen tres pilares fundamentales para esta capacidad de cambio: cultura, área de trabajo y empleados.
Por separado, cada pilar impulsará cambios incrementales, pero únicamente mediante una combinación de los tres las organizaciones conseguirán la repercusión que desean obtener de la transformación de su negocio para competir en la era digital. Pero somos conscientes de que no resulta sencillo. El informe de IDC revela que únicamente el 30 % de las organizaciones europeas[1] han establecido con éxito planes para cambiar sus métodos de trabajo y reinventar la forma en que interactúan con sus empleados, sus partners y sus clientes.
Veamos cada uno de estos pilares con más detalle.
Cultura
A menudo, la cultura de una organización puede ser su mayor activo: ¿habría surgido Netflix como paradigma de la agitación digital si no hubiera dado un giro radical a la visión tradicional de la cultura corporativa al ceder más poder a los empleados y pedirles que asumieran la responsabilidad de supervisarse a ellos mismos?
Pero, por otra parte, puede ser su mayor pasivo. Cuando no se le presta la debida atención, la cultura de una organización adquiere vida propia y, a menudo, se desvía cada vez más de sus objetivos. Una cultura degradada no solo desmoraliza a los empleados, sino que aleja a los clientes, arruina la reputación y destruye el valor.
Las empresas que no proporcionen a sus empleados acceso a las herramientas adecuadas para crear un entorno de trabajo más ágil y creativo y, por lo tanto, más productivo, se verán obligadas a alimentar una cultura que consiga exactamente lo contrario: empleados con poca o nula motivación para cambiar la forma en que se hacen las cosas, dirigidos por un enfoque de «mando y control» de la vida laboral. Según un estudio sobre el área de trabajo digital de VMware, los empleados a los que se concede más poder, aquellos que gozan de un mayor acceso a las aplicaciones que prefieren y necesitan para hacer su trabajo, tienen casi cinco veces más probabilidades de conseguir un aumento de su productividad.
Al dar poder a los empleados, las empresas notarán cómo su negocio evoluciona impulsado por la iniciativa de los empleados y la confianza en los directivos.
Este reequilibrio proporciona a los empleados de primera línea las herramientas, como la plataforma digital subyacente, y la libertad en su forma de pensar que necesitan para innovar y ejecutar. Es un cambio cultural que, en última instancia, las diferenciará claramente de la competencia.
Área de trabajo
El concepto de «trabajar con horario fijo» ha pasado a la historia. Pero, ¿debería eso afectar a la ubicación física en que se lleva a cabo ese trabajo? Los empleados no desean sentirse atados a sus escritorios ocho horas al día, sino tener la flexibilidad de poder trabajar en el momento y el lugar en que se sientan más productivos.
Al hacerlo, las organizaciones pueden esforzarse por conseguir el resultado ideal de cómo es su área de trabajo digital: un lugar en el que han surgido «centros de colaboración» junto a políticas de trabajo flexibles en el mundo corporativo, y en el que las aplicaciones controladas por voz y las herramientas basadas en inteligencia artificial ayudan a los trabajadores, tanto en las oficinas, como en los comercios o los hospitales.
IDC cree que, en 2021, el 60 % de las empresas del G2000 (una clasificación anual de las 2000 mejores empresas cotizadas del mundo según Forbes) habrán adoptado un modelo de área de trabajo del futuro —un entorno de trabajo virtual/físico flexible, inteligente y colaborativo— para mejorar la experiencia y la productividad de los empleados. De hecho, nuestros propios estudios revelan que, durante la jornada laboral, las personas cuyas empresas les proporcionan aplicaciones muy accesibles, dijeron que dedican casi un 20 % menos de tiempo a los procesos manuales, experimentan una mayor colaboración y toman las decisiones con mayor rapidez.
Sin embargo, la seguridad siempre es un factor primordial. A medida que las políticas y los horarios de trabajo tradicionales se van quedando obsoletos, comienzan a surgir «organizaciones sin fronteras» que pueden ser motivo de preocupación para los equipos de seguridad de TI.
Los diseños anteriores de infraestructuras de seguridad van dejando de ser relevantes a medida que los nuevos entornos de trabajo generan flujos de datos de ida y vuelta entre múltiples dispositivos en todo el mundo. Por ello, no resulta sorprendente que la seguridad digital sea la iniciativa número 11 en que se fijan las empresas cuando se plantean su enfoque de una nueva estrategia de trabajo. Para proteger el área de trabajo digital se necesitan funciones de seguridad en todos los niveles: usuarios, aplicaciones, terminales y red. Todo ello puede lograrse mediante software.
Empleados
La composición y la naturaleza de las plantillas de las empresas están evolucionando radicalmente. Por un lado, el cambio demográfico afecta a su tamaño, su edad media y su diversidad; por otro, las tecnologías inteligentes están complementando y automatizando el trabajo, al mismo tiempo que dan lugar a nuevas oportunidades para la creación de valor dentro de las organizaciones. IDC considera que un tercio de las organizaciones que se están planteando nuevos métodos de trabajo creen que al menos la cuarta parte de su organización utilizará de forma activa la inteligencia artificial en su trabajo diario en los próximos tres años.
Las tecnologías inteligentes proporcionarán nuevos niveles de productividad, precisión e inteligencia empresarial, y esto permitirá a los empleados aprender y mejorar a partir de sus errores: dotar a los empleados de la posibilidad de equivocarse, recuperarse y volver a intentarlo es un componente clave del éxito de las organizaciones.
La creación de un área de trabajo digital verdaderamente efectiva requiere una atención constante a la experiencia de los empleados que garantice una mayor libertad de elección.
El área de trabajo digital
Existen muchas tecnologías que pueden considerarse fundamentales para la transformación digital, pero no cabe duda de que el área de trabajo digital destaca como la más eficaz. La arquitectura de su plataforma, sus funciones de gestión y seguridad y su enfoque centrado en la experiencia son idóneos para satisfacer las necesidades del nuevo mundo del trabajo.
En definitiva, cambiar los métodos de trabajo y la estrategia necesaria para hacerlo no es un proceso sencillo, sino que requiere tiempo y dinero. Si lo hacen, las empresas se beneficiarán de una experiencia más centrada en el usuario para sus clientes, sus empleados y su negocio.
Más información sobre cómo puede implementar estos tres pilares en su organización en: https://www.vmware.com/learn/50579_REG.html??src=sp_5cd08f12aea40&cid=7012H000001gcB2
[1] Fuente: IDC EMEA, Future of Work, noviembre de 2018