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Seis medidas que pueden tomar los directores de informática para controlar la proliferación de aplicaciones que está transformado su empresa

Las organizaciones se enfrentan a una proliferación de aplicaciones. Su posición depende de la rapidez con la que distribuyen aplicaciones y servicios modernizados que diferencien su actividad y mejoren la experiencia de usuario. De hecho, se prevé que en los cinco años que abarcan desde 2019 hasta 2023 se van a crear más aplicaciones que en las cuatro décadas anteriores.

Para gestionar todo esto, las empresas buscan estrategias de nube que les permitan utilizar las aplicaciones que necesitan para transformar sus funciones operativas y cumplir sus objetivos estratégicos. Para conocer el estado de las empresas respecto a este tema, hicimos un estudio global sobre la modernización de las aplicaciones y las tendencias de la nube, y averiguamos que las organizaciones actuales tienen una combinación de plataformas públicas, privadas, híbridas y locales:

  • El 60 % están inmersas en migraciones a la nube pública, y el 45 % ya han superado la mitad de sus objetivos de migración.
  • La nube híbrida sigue anclada a las implementaciones locales, y el 49 % de las aplicaciones seguirán alojadas en el centro de datos dentro de tres años.
  • La mayoría de las organizaciones seguirá prefiriendo la nube híbrida, evitando así tener que elegir entre la pública y la privada.

Además, para poder seguir el ritmo actual de su negocio, que requiere nuevas formas de crear, gestionar, ejecutar, conectar y proteger todo el entorno de las aplicaciones, el estudio demuestra que dos tercios (el 67 %) de las organizaciones ya tienen algunas aplicaciones contenedorizadas para impulsar la productividad de los desarrolladores y la disponibilidad de las aplicaciones.

Sin embargo, aunque las empresas están acelerando su capacidad de modernizar aplicaciones, se están encontrando distintos desafíos. La seguridad, la falta de conocimientos, los riesgos de producción y la complejidad de la refactorización fueron los cuatro principales obstáculos a los que se enfrentaron para alcanzar sus objetivos de migración.

Entonces, ¿cómo pueden los directores de informática superar estos obstáculos y asegurarse de que las empresas están en una posición aventajada para crear, ejecutar, gestionar, conectar y proteger de forma intrínseca cualquier aplicación, en cualquier nube y dispositivo?

Seis maneras de crear, ejecutar, gestionar, conectar y proteger de forma intrínseca todas las aplicaciones

  1. Protección completa; independientemente de donde se implemente una aplicación, ya sea en una nube pública o privada o en un entorno local, debe estar segura y protegida, de manera intrínseca: la seguridad moderna requiere un cambio de orientación de las inversiones. En lugar de intentar evitar las vulneraciones de seguridad a toda costa, se debe integrar la seguridad intrínseca en todos los elementos: la aplicación, la red, básicamente, en todo lo que se conecte y transfiera datos. Esto solo es posible mediante software, lo que permite no centrarse en las aplicaciones, sino en las políticas que las controlan. Si todas las partes de la aplicación, la red y los datos se ajustan a la política, basta con un cambio para garantizar que todo está actualizado y cumple los requisitos de conformidad.
  2. Gestión uniforme de las aplicaciones con independencia de donde se implementen: la gestión debe ser ágil, eficiente y automatizada para asegurarse de que los equipos de TI puedan ejecutar las aplicaciones y sus entornos de manera uniforme. Esto significa contar con la visibilidad, las operaciones, la automatización, la seguridad y el control que necesitan para gestionar y utilizar sus sistemas y aplicaciones, incluso en múltiples entornos de nube. Solo así podrán las empresas comenzar a migrar las aplicaciones de la forma más adecuada para satisfacer sus objetivos empresariales, en lugar de esperar a que exista la posibilidad de hacerlo.
  3. Posibilidad de migrar las aplicaciones de una nube a otra sin refactorizarlas: el 25 % de los encuestados confirmaron que esto es un desafío para lograr sus objetivos de migración. Sin embargo, existen distintas maneras de trasladar las aplicaciones entre las distintas plataformas de desarrollo sin necesidad de refactorizaciones costosas: desde el cambio de plataforma hasta la adopción de una estrategia de múltiples niveles, por la que se divide la aplicación (por ejemplo, con un front-end en una nube pública y con los datos en el entorno local), la creación de aplicaciones nativas de nube desde cero o la implementación de una solución de software como servicio.
  4. Un conjunto de herramientas para un conjunto de entornos: igual que sucede con la gestión uniforme, el hecho de tener un conjunto de herramientas en una plataforma común para crear y gestionar toda la cartera de aplicaciones en todos los entornos elimina la necesidad de tener equipos específicos para cada proveedor o cada nube, reduce la complejidad y proporciona la visibilidad que se necesita cuando se usan varios entornos.
  5. Promoción de la colaboración entre los desarrolladores y los equipos de operaciones: los desarrolladores necesitan tener acceso a herramientas y entornos que les ayuden a realizar su trabajo. Los equipos de operaciones buscan una forma sencilla de gestionar el entorno, ya que los cambios continuos son una auténtica pesadilla. Existe el riesgo de que, si los equipos de operaciones y los desarrolladores no pueden colaborar, estos adquieran los recursos al margen de la estructura de TI de la empresa, lo que puede provocar posibles riesgos de seguridad. Esto siempre ha sido un problema; sin embargo, dada la extrema importancia de las aplicaciones para el éxito de la empresa, la coordinación entre los desarrolladores y el equipo de operaciones se ha convertido en algo totalmente imprescindible.
  6. Capacitación de los desarrolladores para que creen e implementen aplicaciones en cualquier nube pública: los desarrolladores necesitan una plataforma común que les permita crear aplicaciones en cualquier lugar y, a continuación, implementarlas en cualquier entorno, sin preocuparse nada más que por el modo en que cumplen el objetivo para el que están diseñadas. Los contenedores son el futuro del desarrollo de aplicaciones, ya que mejoran la eficiencia del equipo de TI y de los desarrolladores, y aceleran el desarrollo y la implementación para satisfacer las necesidades empresariales. Está claro que la plataforma preferida es Kubernetes, que permite utilizar un marco elástico de servidores web para aplicaciones de nube. Pero lo que es imprescindible es que sea adecuada para los conocimientos de los desarrolladores: el 81 % de los encuestados quieren que el equipo de operaciones de TI les ofrezca Kubernetes preparado para los desarrolladores que incluya la gestión del ciclo de vida de la infraestructura de los clústeres y de Kubernetes.

Estas medidas tienen un hilo conductor: la coherencia. Coherencia en la gestión, las operaciones y la infraestructura. Si se consigue, las empresas tendrán libertad para utilizar las aplicaciones que necesiten en los entornos que mejor cumplan sus requisitos. Eso significa disponer de una base de nube digital que ofrezca operaciones, control, portabilidad y colaboración coherentes en una combinación de plataformas privadas, públicas y locales.

En última instancia, dada la necesidad de gestionar todos estos entornos, las empresas necesitan utilizar la nube híbrida para tener un único método unificado y coherente de operar y gestionar las aplicaciones y la infraestructura.

Para leer el informe completo, visite: https://www.vmware.com/content/microsites/learn/en/469199_REG.html