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Cuatro fases para afrontar la evolución del área de trabajo digital

Las horas flexibles y la capacidad de trabajar de forma remota se estaban convirtiendo en una solicitud de talento superior. Y las empresas poco a poco responden ofreciendo niveles más altos de flexibilidad en el lugar de trabajo y contratando trabajadores que no estén necesariamente dentro de su proximidad geográfica.

Ahora, ante la actual situación que vivimos, miles de millones de trabajadores de todo el mundo se ven obligados inesperadamente a trabajar desde casa como parte de un plan de contingencia. Lo que sería un proceso de cuatro años, se ha adelantado a tan solo un mes. Ya no se trata de si una empresa debería o no permitir el teletrabajo, se trata de cómo y cuándo. Esto obliga a los responsables del liderazgo empresarial a evolucionar para adoptar el trabajo en remoto y aprovechar el trabajo virtual lo más rápido posible.

Para desarrollar y evolucionar, debemos considerar las fases clave que ayudarán a los equipos a prepararse para gestionar el cambio ante la incertidumbre:

Primera fase – acción

Sin duda las empresas actuaron y reaccionaron rápidamente, acelerando las videoconferencias, la capacidad de la nube, los escritorios virtuales y otras tecnologías remotas amigables para asegurar la continuidad del negocio. Muchos permitieron a los empleados llevar sus computadoras portátiles y de escritorio, monitores, teclados, dispositivos y similares desde sus oficinas a sus nuevos espacios de trabajo.

Sin embargo, las herramientas no son la única clave para una colaboración virtual efectiva, también lo es un canal de comunicación único y efectivo. Por lo tanto, cuando diseñemos una estrategia urgente, debemos mantenerla simple y familiar. Aprenda cómo RRHH y TI pueden trabajar juntos para ayudar a los empleados a mantenerse productivos y seguros durante una crisis para salir más fuertes y más competitivos que nunca.

Segunda fase: Colaboración

Debemos seguir estrategias de adaptación para abordar el impacto a largo plazo. Para ello, los líderes empresariales y de TI deben revisar las hojas de ruta para elaborar estrategias y así abordar los objetivos tanto inmediatos como a largo plazo. Esta planificación debe abarcar consideraciones clave para la experiencia de los empleados y la experiencia del cliente, analizando todo, desde aplicaciones hasta infraestructura.

Para hacer esto de manera efectiva, la comunicación con una amplia gama de asesores de confianza es fundamental para evitar el desperdicio de recursos, tanto tiempo como dinero. La colaboración entre compañeros optimizará el futuro proceso de gestión de cambios y garantizará la aceptación de la base y la accesibilidad a la información.

Tercera fase: unidad

Es necesario implementar planes de contingencia a través del trabajo en equipo. Primero hicimos especial hincapié en el cómo, ahora es el turno del quién. No importa dónde trabajen los empleados, siguen siendo personas. Para evitar el aislamiento de los trabajadores remotos, las personas deben sentirse conectadas y apreciadas por sus contribuciones en el trabajo.

Los equipos deben tomarse el tiempo para revisar e internalizar realmente las habilidades necesarias para el éxito del trabajo desde el hogar, incluida la automotivación, la confiabilidad o la empatía para potenciar la conexión con los miembros de su equipo.

Cuarta fase: de la supervivencia al beneficio

Cuando lleguemos a esta fase será crucial impulsar la continuidad del negocio y la sostenibilidad económica. La transformación del lugar de trabajo no tiene por qué significar el fin de la productividad empresarial. De hecho, debe mejorar. Las organizaciones que se mueven rápidamente para adoptar la transformación digital del espacio de trabajo obtienen rentabilidad, el compromiso y la retención. A su vez, la sostenibilidad de la empresa y la resistencia económica se fortalecen constantemente.