Probablemente la Inteligencia Artificial (IA) acabe siendo una de las tecnologías más potentes del S XXI. No cabe duda de que la IA tiene el potencial de aportar un gran valor a la empresa. Las tecnologías IA ya ayudaron a crear muchas de las más grandes, rentables y poderosas compañías de nuestra historia, como es el caso de Google, Facebook y Amazon. Puede recabar, gestionar y filtrar una enorme cantidad de datos que le permiten analizar y predecir comportamientos. En el plano virtual, la IA ya está aportando una nueva forma tanto a la estructura como a las operaciones de las empresas.
“Ahora mismo nos encontramos en un punto de inflexión”, dice Anita Schjoll, CEO, Iris.ai. “De golpe, ya disponemos de todos estos datos, algoritmos y capacidad informática. Están conectados.”
Pero, a pesar de la presencia generalizada de las tecnologías de IA, lo referente a las cuestiones éticas aún está dando sus primeros pasos.
Cuestiones éticas clave de la IA de empresa
¿Cómo –y por qué- la IA toma las decisiones que toma? Los datos son tantos, tan exclusivos y tan complejos que, a partir de cierto punto, la función del algoritmo empieza a eludir a los diseñadores. “Ya es un problema importante, y va a ser mucho más importante en el futuro” dice Tommi Jaakkola, catedrático en el MIT, especializado en aplicaciones para aprendizaje automático.
Si los desarrolladores no saben por qué ni cómo “piensa” la IA, eso nos conduce a un camino que se hace cada vez más peligroso a medida que aumenta la complejidad de los algoritmos. Ese es uno de los motivos por el que David Tennenhouse, Director de Investigación en VMware, cree firmemente en la necesidad de que las empresas ofrezcan lo que él llama una “IA explicable” que proporcione “cadenas de razonamiento que demuestren por qué las decisiones que adopta son correctas”.
Otra encrucijada ética: ¿qué pasa cuando la IA tiene que tomar una decisión de vida o muerte? Por increíble que parezca, esta cuestión ha de tener que abordarse pronto. Ya estamos casi en la era de los vehículos autónomos. Es cuestión de tiempo que sea un algoritmo el que determine quién vive y quién no en una colisión inevitable de vehículos. Cuando nos encontramos en esa situación, ¿la empresa que haya desarrollado el algoritmo será la responsable legal de la decisión? En ese caso, ¿cuál es la condición jurídica de un dispositivo de IA?
Por último, está la cuestión de cómo la IA y la automatización afectarán a los puestos de trabajo y, por extensión, a la economía. ¿La adopción de la IA significa que la gente perderá sus puestos de trabajo? ¿Sacrificaremos el bienestar económico de las personas por una mano de obra de IA que reporte más beneficios? Todos hemos escuchado la visión apocalíptica de que las máquinas de IA serán más listas que los humanos y tomarán el control del mundo, pero hay cada vez más personas que están de acuerdo con un informe reciente que dice que la IA desatará un crecimiento económico brutal en el Reino Unido y que dará lugar a nuevos puestos de trabajo, en tanto que otros tendrán que desaparecer.
Aumento de la IA en la empresa
Pese a todo esto, en uso de la tecnología IA en la empresa aumenta a un ritmo constante. Estudios recientes de Harvard Business Review y MIT Technology Review destacan la forma en la que casos de uso inicial de la IA se aplican principalmente a la gestión de escenarios entre dispositivos. Por tanto, el uso de la IA en la empresa se centra principalmente en las funciones auxiliares de las interacciones entre ordenadores en las que invierten mucho tiempo en lo referente a operaciones de TI y financieras.
De hecho, los equipos TI son, de lejos, los que primero y más adoptan la IA en la empresa. Según el HBR survey, el 44 por ciento utilizan la IA como componente de la seguridad de red. Los departamentos de TI también utilizan la IA para:
- Resolver problemas de tecnología de usuario (41 por ciento);
- Reducir la gestión de producción mediante la automatización (34 por ciento); y
- Vigilar el cumplimiento (34 por ciento).
Como señala Bask Iyer, Director de Información de VMware, “La imagen que nos presenta Hollywood de la IA se da solo en el uno por ciento de los casos. Los mejores usos de la IA, como es la eliminación de operaciones auxiliares soporíferas o los análisis predictivos, no son siempre tan glamurosos”. Pero incluir la IA en las empresas podría “simplificar la vida de nuestros clientes”, dice, “ayudándonos a entender mejor sus necesidades y a anticiparnos a ellas. Al fin y al cabo, esto se traduce en ingresos de miles de millones y en clientes más felices.”
En entorno laboral y la IA
No hay duda de que la IA puede revolucionar el entorno laboral, pero Iyer esgrime que, para que su integración tenga éxito, el enfoque que ha de aplicarse es el de “anteponer a las personas”. La empresa necesita formar y educar al personal para que entienda las características básicas del aprendizaje automático. Las empresas también tienen que crear talento que trabaje con los “colegas” de IA y que serán los responsables de procesar los datos y cuya forma de comunicación es diferente a la de sus contrapartes humanas.
Otro factor importante será lograr construir la confianza entre humanos e IA. Teniendo en cuenta que las máquinas son mejores en términos generales a la hora de gestionar otras máquinas, lo que no está claro es cómo gestionarán o se dejarán gestionar por colegas humanos. De hecho, según Iyer:
Para que se dé este nivel de integración entre empresa y tecnología, el personal tendrá que confiar en la IA no humana –y viceversa.
Expectativas
Los beneficios de la IA en la empresa en el entorno laboral permitirían a las personas hacer lo que hacen mejor. “Las máquinas son fantásticas aplicando patrones aprendidos” dice Iyer, “pero los humanos han tardado miles de años en aprender a interpretarlos. Aunque el big data es el sustento de la IA que nos libera a la hora de innovar y colaborar, lo ideal para mí sería que la IA adoptase la intuición humana de forma que pudiese conectar los puntos y generar nuevas ideas.”
Esa libertad podría derivar en avances impredecibles que podrían transformar nuestras vidas y resolver la mayor parte de los problemas más acuciantes.