Por Moisés Navarro Marín, Principal Business Solutions Strategist at VMware / IT & Cloud Strategy – @mnavarro_mnm
Mantengo mi idea, con la que he aprendido a convivir desde hace años, de que será difícil considerar que ‘cloud’ está maduro… mientras se siga hablando tanto (tantísimo) de cloud.
Lo aclaro desde ya mismo: ¿quiere eso decir que cloud no está listo para ser usado? ¡Claro que está listo! Es obvio que hay una fortísima adopción de servicios cloud y que no cesa de crecer. Es más, también sigo mantenido que “La nube pública es tremendamente beneficiosa para el negocio de cualquier organización. La capacidad de innovación de los proveedores de nube pública y el poder diferenciador que ofrecen sus servicios avanzados no tiene parangón. La nube pública es muy útil y creo firmemente que aquellas organizaciones que no aprovechen ese poder, perderán capacidad competitiva.”
Esta declaración se publicó en la revista Byte en junio de 2019, cuando también afirmé y expliqué por qué la nube pública es un reto para las empresas y expuse que el mercado estaba adoptando una aproximación pragmática en cuanto a adopción de nube pública, siendo ya muy consciente de promesas no cumplidas y rehuyendo de ciertos mantras vacíos de contenido…
Pero, ¿estamos ante el resurgir de una nueva oleada de ilusión por un movimiento masivo a la nube pública?
Una vez más, lo aclaro de manera inmediata: ¡ojalá! Por si alguien pudiera pensar que soy un detractor de la nube pública o que quiero esgrimir argumentos disuasorios contra la nube pública, lo aclaro: soy un enamorado del modelo cloud y de la nube pública y creo que eso que hace ya más de 10 años llamábamos “TI como una utility” es el modelo ideal para cualquier negocio. Y creo firmemente que la seguridad y la regulación no deberían ser trabas de adopción… pero soy consciente de que mis deseos no tienen por qué ser traducidos en hechos a día de hoy.
La realidad es terca, de ahí que me mantenga en el plano más pragmático posible y analice qué conviene… y qué tiene sentido hacer. Por eso, ante el resurgir de una nueva oleada de ilusión por un movimiento masivo a la nube pública (¡ojalá!), y asumiendo que cada organización tiene claro los porqués, la siguiente gran cuestión es cómo.
Mi resquemor surge al percibir que a menudo se asume que el camino a seguir es tan sencillo como llevar las cargas directamente desde on-premises a las plataformas propias de los proveedores de nube pública.Y ahí es donde yo levanto la mano para decir… ¡cuidado! En concreto, para decir que… dudo de la viabilidad y rentabilidad de meras migraciones de aplicaciones desde on-premises a las plataformas nativas de las nubes públicas.
@matteastwood, de IDC, viene compartiendo desde hace tiempo un interesante repaso al panorama cloud y refleja cómo crece el interés por cloud y cómo también crecen los casos de políticas de ‘cloud first’. En mi opinión, esas políticas son una buena manera de empujar a las organizaciones hacia la transformación.
Pero, que no se nos olvide, ‘cloud first’ no implica ‘fijo que me muevo al cloud’… La clave es analizar cloud como primera opción, e ir por esa vía si se valida que es la que más sentido tiene. Aviso: si lo que se pone en práctica es un ‘cloud first’ en modo ‘cloud porque sí’, pueden surgir sustos, como los que recopiló Matt:
Ahí se sugieren los motivos que llevan a muchas empresas a traer de vuelta a sus CPDs cargas que inicialmente habían ubicado en nube pública. Y el aviso se debe a que la mayoría de las cargas repatriadas (56%) proceden de intentos de lift & shift (proceso por el que cargas construidas para infraestructuras on-premises se reubican en nubes públicas sin apenas hacer cambios).
Otra aclaración (confesión): le tengo manía a lift & shift con origen on-premises y destino directo en los entornos nativos de las nubes públicas. A mí eso me suena a que por arte de magia (y sin costes, ni peajes, ni sustos) muevo mis aplicaciones (ésas que me costó mucho construir, no te cuento ya mantener), tras años y años de operaciones, cambios, evoluciones, integraciones… (¡ésas!) y me las llevo así de fácil a la nube que cuesta menos y ya tal… (y luego, ya si eso, pensamos en cómo salir si es menester… oooops)
Pues, sobre la base de esa manía que le tengo a ese modelo de lift & shift tan directo hacia la nube pública nativa, veo que en este otro tuit Matt nos indica que no parece que vaya a haber muchos cambios en las vías seguidas por el mercado para llevar aplicaciones a la nube y no se prevé que lift & shift vaya a disminuir.
Justamente lo que me motivó a escribir este blog es que se mantiene la tendencia de lift & shift: ya que se va a hacer lift & shift, me animo a proponer vías para que sea viable y rentable hacerlo. ¿Cómo? ¿Cuál es mi truco para que eso que critico, eso a lo que tengo manía, se pueda hacer de manera viable y rentable? Pues la respuesta es con nube híbrida.
¡Halaaaaa! Moisés tira de comodín para solucionar el entuerto. Buuuuuuuuu. Ahora Moisés dirá que la nube híbrida aporta lo mejor de los dos mundos y toda la retahíla de clichés. Pues va a ser que no. O:-)
Un escenario de nube híbrida requiere poder gestionar la carga de la misma manera esté donde esté, y que el movimiento de esa carga sea transparente tanto para subir como para bajar (características que no se dan en un lift & shift con origen en on-premises y destino directo en los entornos nativos de las nubes públicas).
Hagamos repaso. Las empresas pueden optar por hacer una fuerte rearquitectura de su aplicación (exigente en esfuerzos y costes; pero según necesidades de negocio puede ser la vía). O bien pueden optar por hacer un refactoring en on-premises y entonces migrar a la nube. O bien pueden optar por el lift & shift directo a nube pública nativa y de ahí los sustos. O bien pueden optar por un lift & shift desde on-premises a un entorno compatible (híbrido) en las nubes públicas.
Ese lift & shift sobre nube híbrida evita los sustos, costes, riesgos, problemas de la migración y, una vez que la aplicación está en el nuevo destino (entorno de nube pública hibridado con on-premises), los equipos podrán ir haciendo cambios sobre su aplicación, de manera controlada y planificada, aprovechando los servicios nativos del proveedor de nube pública, sin haber pagado el peaje (tiempo, dinero, incidencias) de la mudanza…
Soy consciente de que no todo es blanco o negro, y lo que persigo es viabilidad a la luz de los datos. Año 2019: 85% de las empresas deciden regresar cargas de la nube pública a sus CPDs, encontrándonos que un 56% de esas cargas subieron por la vía de lift & shift y que un 32% subieron por la vía de refactor & shift. Ya que pasan cosas (sustos)… que los viajes de ida o de ida y vuelta no tengan peajes (ni sustos).
El CTO de Freddie Mac abordó este asunto en la sesión plenaria de VMworld US 2019 (su intervención comienza en 1h 14’ 20”; aunque toda la sesión es interesante 😉
Casi 600 aplicaciones de negocio (100 millones de líneas de código y negocio fuertemente regulado); 2/3 ya migradas en 6-7 meses y el 100% en el noveno mes. Kudos!!!